La artesanía tradicional será siempre motivo de admiración y reconocimiento por la belleza que tiene, pero no hay un interés mayor por la proyección que tendrá en el tiempo, lo que motiva mucha preocupación en los diferentes tipos de artesanos.
La Región de Ñuble es rica en artesanía de gran calidad, y en diferentes rubros, greda de Quinchamalí, Tejedoras a Telar, en Cartago, San Carlos, Minas del Prado, Mimbre en Coihueco, talladores en madera nativa, San Fabián y Yungay, y las cuelchas y chupalla en Ninhue.
Son estos últimos artesanos, fabricantes de un verdadero lujo, la chupalla, que engalana las medialunas de Chile con belleza y galanura, y que muchos desconocen sus orígenes de fabricación, llenos de mucho esfuerzo y sacrificio, y que en el diario vivir no ven los sucesores naturales de quienes hoy entregan su trabajo a miles de huasos de Chile.
El origen de una chupalla es la cuelcha, que tiene 4 hebras, y que es la que le indica la calidad que tendrá la chupalla, se fabrica en el sector de San Nicolás.
Hay personas que aprendieron esta sacrificada labor por descendencia familiar, y como no quieren que desaparezca y la consideran una linda artesanía, la siguen realizando.
Para la confección de la cuelcha se ocupa un trigo especial, oregón, y la confección de ella va desde Marzo a Septiembre, en hacer la cuelcha más fina se demoran dos días y la más gruesa un día, son cuatro horas diarias de trabajo.
La artesana Vanesa Montecinos (26), es una de ellas y al respecto dice:
´´Es un trabajo muy lindo, uno le toma mucho cariño, a la gente le llama la atención porque no lo conocen, creo estar haciendo un aporte a nuestras tradiciones, me siento muy feliz cuando lo hago, ojalá aparecieran más personas en esta artesanía´´.
Del tejido de las doradas cuelchas, hecho por la mujer chilena, pasamos a la fabricación de la chupalla, parte del vestir de los huasos, y que lucen orgullosos y felices en las medialunas, especialmente en los meses de verano.
´´El secreto en la hechura de una chupalla está en saber elegir la paja que se utiliza en la confección de las cuelchas, toda tiene que ser del mismo calibre y las uniones no deben notarse´´ expresa don Celelmo Toro, (64),quien comenzó a los 15 años de edad a fabricar chupallas, siguiendo una tradición familiar.
Cabe destacar que hay diferentes tipos de chupallas, desde las más gruesas y más baratas, hasta las más finas y mayor valor, todo lo marca la calidad de la cuelcha, es un proceso largo, desde la selección del material hasta la confección, alrededor de quince días, demorando dos días en la hechura de una chupalla.
Al respecto acota:
´´Es sacrificado, realmente no es muy rentable, pero ya estamos en esto y hay que ponerle empeño nada más, ya que la temporada de venta es de seis meses, solo en el verano, después hay que dedicarse a las labores agrícolas´´.
Pero también agrega algo muy importante:
´´A veces las ventas se estancan, hay que viajar a Chillán a vender los trabajos, y la mayor preocupación es que la juventud no se interesa por realizar nuestro trabajo, prefieren quedarse en la ciudad porque consideran que la artesanía no es rentable´´.
Un proceso artesanal muy lindo, pero sacrificado, desconocido para muchos, que tiene varias etapas, desde la confección de la cuelcha, pasando por su teñido y finalizando en el tejido de la chupalla, que nace en Ninhue, es de la Región de Ñuble y que la lucen en las medialunas de Chile.
Es un patrimonio que merece ser apoyado para poder mantener en el tiempo su fabricación.